miércoles, 30 de enero de 2013


LA MIMBRE: EL HOMBRE DEL CAMPO Y LA CESTERIA

Las gentes del campo dedicaban los días de mal tiempo a fabricar cestos que después iban a necesitar para diversas funciones. No tenían una estética fina, pero eran duraderos y fuertes. Algunos tenían mas habilidad y aceptaban encargos de los vecinos, dedicando las temporadas bajas de las faenas agrícolas. Trabajaban materiales propios o de ríos cercanos. Estos cesteros son de oficio y de tradición familiar, donde la cestería ocupaba gran parte de su vida activa.
También nos encontramos con cesteros que trabajaban a domicilio, dedicando las horas libres de su trabajo y cobrando un tanto por pieza, ya que el que solicitaba sus servicios ponía la materia prima.