domingo, 26 de abril de 2015

Ya tenemos terminada nuestra cesta. No importa que salga mejor
o peor, lo importante es que hemos realizado, con nuestras manos,
un artículo al que le hemos puesto todo nuestro amor, cariño y
tiempo. Nuestras manos y dedos estarán doloridos, pero ha
merecido la pena. Además hemos hecho honor a esa artesanía,
que al tenerla tan cerca de nosotros, la olvidamos con mucha
facilidad, debido, en gran parte, a que muchas máquinas sustituyen
a las manos sabias de nuestros artesanos, pero debemos sentirnos
orgullosos de haber contribuido a que esa herencia milenaria no se
encuentre en el olvido.




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